Enviado por Claude Beaunis el Dom, 22/02/2015 - 21:39

 

Nuevo encuentro de la Red de Educación Alternativa
En la Tribuna de Quéretaro. Lunes, 16 de febrero de 2015
Por: María del Carmen Vicencio Acevedo (metamorfosis-mepa@hotmail.com)
“El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, ni participa en los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del pan, del pescado, de la harina, del alquiler, de los zapatos o de las medicinas dependen de las decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro, que se enorgullece e hincha el pecho diciendo que odia la política. No sabe, el imbécil, que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos, que es el político trapacero, granuja, corrupto y servil de las empresas nacionales y multinacionales”.
Con esta cita de Bertold Brecht inicia la ponencia de los maestros de la escuela primaria pública “Concepción Meléndez” de Chihuahua, en el XXV encuentro nacional de Red de Educación Alternativa, organizado recientemente por el colegio Freinet Prometeo de Puebla. Con dicha cita, los maestros dejan claro que la educación es una praxis política (Francisco Gutiérrez), que apunta hacia una utopía social.
La Red de Educación Alternativa, como organización horizontal, reúne a maestros de educación básica, media y normal, de diferentes estados del país, para reflexionar sobre los desafíos que implica la tarea de educar en nuestros tiempos. La palabra “alternativa” da cuenta de una postura, no sólo distinta al capitalismo dominante, sino en muchos sentidos opuesta.
En cada encuentro, los miembros de esta red deciden en asamblea cuál será el tema de reflexión durante el año siguiente. El compromiso de los participantes consiste en mejorar su práctica educativa, sobre el tema, y documentar sus experiencias (fallidas o exitosas), a través de ponencias colectivas, que se intercambian y se estudian por todos, antes de reunirse.
Este último encuentro estuvo especialmente nutrido por muchos miembros nuevos.
Participaron, además, varios promotores de la educación popular (no escolarizada) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y de la Universidad Autónoma de Querétaro (a través de su Casa de la Vinculación Social), incluso una maestra del MCEP (Movimiento Cooperativo de la Escuela Popular) de España.
Además de la intensa y sesuda discusión en torno a las ponencias presentadas, los miembros de la red comparten sus mejores prácticas en talleres breves, pero muy nutritivos: ¿Cómo articular diversas asignaturas en torno a una clase de cocina?, ¿cómo producir un programa de radio con los niños?, ¿cómo crear espacios de ludo-ciencia?, entre muchos otros.
Esta red es un ejemplo de una auténtica comunidad profesional de aprendizaje. Aunque sus integrantes sólo se vean una vez al año, en fin de semana para no afectar las clases, logran experimentar un fuerte sentido de pertenencia, un claro compromiso con su trabajo y con su utopía social. Y los encuentros generan en los profesores la convicción de que no están ni perdidos, ni solos, a pesar de sus difíciles condiciones de trabajo.
El tema de reflexión para el 2015 fue “El reto de las escuelas alternativas ante las políticas educativas, el currículum nacional y las últimas reformas”; un tema candente que pone en evidencia el agravamiento de los problemas educativos, a partir de la última reforma neoliberal autoritaria recientemente impuesta.
En México, a lo largo de su historia, las definiciones educativas se han vinculado a diversos proyectos o utopías sociales: el de la Independencia, el de la Reforma, el de la Revolución, el cardenista, el liberal…. Cada proyecto representa una lucha por preservar (incluso hasta la muerte) ciertos ideales clave: libertad, justicia, igualdad, democracia, solidaridad, laicidad, cientificidad, criticidad, despliegue de facultades humanas…
Hoy el sistema educativo naufraga en el marco neoliberal, en que todo se confunde.
Los maestros de la red denuncian en casi todas sus ponencias la agresión, el secuestro del tiempo y la privatización encubierta que sufre la educación pública, dañando seriamente el intercambio educativo en sus espacios más íntimos, dentro y fuera de las escuelas.
Las agresivas intervenciones del Estado, empujado por los plutócratas de “Mexicanos Primero”, o de “Compromiso social por la calidad de la educación” (de Marinela Sertvije), entre otros, en los hechos han empeorado las cosas dramáticamente.
La capacitación de los profesores, por ejemplo, se está poniendo en manos de supuestos “catedráticos de alto nivel”, de empresas privadas, que ignoran crasamente todo lo que tiene que ver con la educación básica y normal, la forma como aprenden los chicos, las condiciones de las escuelas públicas mexicanas y la enorme diversidad cultural y desigualdad de las comunidades en donde éstas se asientan, además de actuar cual soberbios pregoneros de la ideología dominante.
Hoy, el sentido de la educación se reduce a capacitar empleados “eficientes” (baratos y obedientes), para que resuelvan problemas de la empresa, y para ganar un salario que habrá de gastarse en el consumismo acrítico. En esta lógica, la principal aspiración del hombre es el dinero.
Por eso, no habríamos de extrañarnos de la corrupción ni de la violencia que han invadido a nuestro país hasta la médula; ni tampoco de las continuas manifestaciones de los profesores disidentes que no se dejan apabullar, pésele a quien le pese.