Enviado por Wanda Gruenwald el Lun, 07/02/2011 - 20:12
Inmolarse antes que  vivir en un infierno imposible.
 En Túnez, actos desesperados, motines reprimidos en  sangre
¡Violencias represivas y asesinas en respuesta a manifestaciones de una juventud exasperada, insultada y humillada, sin futuro y sin esperanza!
 ¡Violencia en la calle, como un espejo que refleja el nepotismo de las clases dirigentes; crueles, ciegas y corruptas!
El presidente huyó... Se ha iniciado una transición política que no deja de inquietar… ¿Hacia qué futuro?
Nosotros, educadores Freinet del mundo entero, militantes pedagógicos de más de treinta países de cuatro continentes, que llevamos " la antorcha de los valores " de cooperación y de ayuda mutua, de la laicidad, de la democracia, de los derechos humanos y derechos de la Infancia, nos sentimos conmocionados, concernidos y solidarios con el pueblo tunecino y, en particular, con su juventud, que ha sido empujada a rebelarse, para reclamar el acceso al derecho de todo ser humano a expresarse y a participar en la vida social, intelectual, económica y política.
Saludamos el valor de nuestros amigos y les aseguramos nuestro apoyo inquebrantable.
La Asociación Tunecina de la Escuela Moderna-Pedagogía Freinet (ATEM) estuvo representada en el Congreso de Nantes en 1957, donde se formalizó la creación de la Federación Internacional de Movimientos de Escuela Moderna, antes de organizar la reunión Internacional de Educadores Freinet de Cartago, en 1973.
Los miembros de la ATEM han participado activamente en la vitalidad educativa de las escuelas de Túnez.
¡Sostenemos la voluntad legítima de nuestros colegas pedagogos y de toda la sociedad civil tunecina, de pedir más democracia, más igualdad, más justicia!
Nosotros, que cada día, trabajamos con las niñas, con los niños y sus familias, para garantizar el acceso al conocimiento y a la ciudadanía, estamos convencidos de que cualquier forma autoritaria y abusiva impide el desarrollo de una educación de calidad, favorables al progreso de la sociedad en la que vivimos, perjudica a la red social necesaria para la resolución de sus desafíos, beneficia a una minoría que explota a una población impulsada a la rebelión, a preferir la muerte, menos "peligrosa" y menos "intolerable" que la negación más extrema de la dignidad humana…
Esperamos que los gobiernos de nuestros países apoyen de manera incondicional las aspiraciones de justicia y diálogo social de esta población tunecina que atravesó por décadas de silencio impuesto, censurado y con múltiples carencias.
La conquista de la democracia, el respeto de los derechos humanos, las condiciones adecuadas para el desarrollo educativo pleno de niños y niñas, el respeto de sus derechos en un ambiente justo y equitativo están en el centro de nuestros principios y nuestros compromisos: son los fundamentos y la razón de una sociedad basada en la dignidad y el respeto.
¡Que estas creencias que nos unen constituyan la fuerza y energía para cada uno de nosotros!
 
El CA de la FIMEM